Los satélites no son los únicos encargados de unir el mundo a través de Internet, en un planeta cada vez más inalámbrico, sino que los cables submarinos tienen una gran importancia en las comunicaciones internacionales e incluso son los encargados de transmitir la mayor parte de la información. En este sentido, la costa vizcaina, y Bilbao como puerto de operaciones, suponen un lugar estratégico para las comunicaciones de todo el Estado español. Por eso, esta semana, el buque científico Meridian, perteneciente a la naviera inglesa Fugro y con bandera de Gibraltar, ha estado realizando, dentro de la campaña Nautilus, una serie de prospecciones para investigar el fondo marino en la costa de Sopela. En la operación ha trabajado un equipo de buzos profesionales de la empresaSeaSubServices con el objetivo de analizar detalladamente el terreno para acometer, a partir del próximo año, -según detallaron responsables del proyecto- la instalación de un cable de fibra óptica submarino de 8.000 kilómetros de longitud que unirá Sopela con la costa este de los Estados Unidos, concretamente con el estado de Virginia.
Este proyecto de exploración marino cuenta con el beneplácito del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, que ha autorizado a la Embajada Británica en Madrid para poder llevar a cabo esta campaña científica, en la que participa el buque Meridian desde el pasado 7 de marzo y hasta el próximo 27 de abril. Asimismo, ayer el Meridianregresó al puerto de Bilbao donde permanece amarrado en el muelle de Zorrotza hasta este fin de semana, momento en el que abandonará la costa vizcaina, según confirmó ayer a DEIA la empresa consignataria Kaleido Ideas&Logistics.
INVESTIGACIÓN El permiso solicitado para realizar las labores de investigación del fondo marino en la costa de Sopela comenzó el pasado domingo 10 de abril y concluyó ayer, viernes. Este miércoles se incorporó al equipo de trabajo un grupo de cinco buzos profesionales de una empresa asturiana para realizar el estudio marino en la zona más próxima a la orilla de la playa Arrietara-Atxabiribil. En concreto, los buzos han realizado estos días diversas catas, a dos metros de profundidad, en una superficie aproximada de 300 metros cuadrados de extensión.
Los responsables de este primer estudio realizado en la costa vizcaina estiman que la instalación del cableado comience el próximo año. A partir de ahí, la duración de la instalación es muy variable ya que comienza con la implantación de uno de los extremos del cable en una estación situada en la costa, y luego depende de la capacidad de arado o tendido del barco encargado de la ejecución de los trabajos.
No va a ser el primer cable submarino que tenga conexión con tierra en Euskadi. En la costa vizcaina ya existe un tendido que conecta con la localidad de Highbridge, en Inglaterra, correspondiente a la conexión TGN-Western Europe, propiedad de la empresa Tata Communications y que también dispone de una línea que une Reino Unido con la ciudad portuguesa de Seixal. Ambas conexiones están enlazadas por 3.578 kilómetros de cable. Esta ruta submarina permite disponer de una gran agilidad en las conexiones de datos entre las Islas Británicas y la Península Ibérica.
A pesar de que el nuevo cable que unirá Estados Unidos con la costa vizcaina atravesará todo el océano Atlántico a través de 8.000 kilómetros de distancia, esta conexión no es ni mucho menos de las más extensas del mundo. Por ejemplo, uno de los más extensos, con 28.000 kilómetros de recorrido, es el FLAG Europe-Asia (FEA) que va desde Porthcurno (Reino Unido) hasta Miura (Japón) atravesando el municipio malagueño de Estepona, para luego cruzar todo el Mediterráneo, el mar Rojo, el Océano Índico y el mar de la China.
CABLEADO En 1852, Francia y el Reino Unido fueron los primeros países en quedar unidos por un cable de comunicaciones a través del Canal de La Mancha. Hoy en día se calcula que hay 299 cables de fibra óptica activos o en construcción por los fondos marinos de todo el mundo. Unos tendidos que, según las estimaciones, suman una longitud 900.000 kilómetros, más del doble de distancia que separa la Tierra de la Luna. El uso de cables de fibra óptica submarinos sigue siendo muy útil porque transmiten el tráfico de voz y datos con una mayor fiabilidad y seguridad a un precio más barato que por satélite, según explica el Panel Internacional para la Protección de los Cables en su web. De este modo, “mientras una llamada por satélite debe viajar 35.784 kilómetros de la tierra al satélite y luego regresar, una llamada de fibra óptica transpacífica sólo tiene que viajar cerca de 5.000 millas de punto a punto”, detallan. Así son los cables que conectan el mundo.
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